Baltazar Alvarez “ Metrallita ” El ídolo olvidado de Villa Ballester Capítulo I

En "Metrallita el ídolo olvidado de Villa Ballester", encontré la oportunidad de contar los inicios del boxeo en Villa Ballester y la atrapante historia de "Metrallita", el jóven boxeador que llegó a ser el deportista mas admirado de la primera mitad de la década del '40.    



Capítulo I


La Pelea del Siglo  "Firpo - Dempsey" 

En la década del '40, después del fútbol, el deporte más popular en Villa Ballester es el boxeo.  Levené, Gallardo, Héctor Méndez y Rodríguez Jurado, se destacan entre un reducido grupo de aficionados que lo practican. Después de "La pelea del Siglo" protagonizada por Luis Angel Firpo y Dempsey el 14 de septiembre de 1923, el boxeo rápidamente se convierte en un deporte de gran interés para los aficionados.

Firpo envía a Dempsey fuera del Ring
  Es la primera vez que Argentina es protagonista de un evento deportivo a nivel mundial, y la respuesta de los aficionados al estreno del lugar mas relevante en la vidriera del mundo es espontánea y emocional.           

  Se experimenta entonces un sentimiento de orgullo generalizado en todos los argentinos, que va a trascender las diferencias sociales. Sin proponérselo, Firpo estaba imprimiendo un nuevo rasgo a la identidad nacional, cuya posta será tomada en el tiempo por referentes de distintas disciplinas deportivas como Juan Manuel Fangio, Carlos Monzón, Guillermo Vilas, Gabriela Sabatini, Emanuel Ginóbili, Diego Maradona y Lionel Messi.        

  En los días siguientes la euforia se expande y el resultado inmediato es la popularidad del boxeo, que se practica en todas las calles y los clubes de Buenos Aires  

Los inicios del box en Villa Ballester 

  Villa Ballester no va a ser la excepción.  Muchos jóvenes entusiastas se sumarán a la práctica del boxeo y algunos clubes organizarán festivales notables, como el "Campeonato del partido de General San Martín"organizado por el Club Gimnasia Bristol que resultó un gran éxito. 

     Entre los primeros boxeadores post Firpo, hubo mas de cien practicantes, entre los que se destacaron: Juan Scoffe, mediano, campeón del partido de General San Martín, Juan Gay, mediano, dos veces finalista del campeonato de la Ciudad de Buenos Aires, Julio Cabo, pluma, Juan Cuello, liviano, Antonio Gómez, gallo, Juan Aquino, pluma, dos veces campeón.  

    Sin embargo, la falta de lugares apropiados para el entrenamiento limitaba la práctica del boxeo. Los boxeadores debían trasladarse a gimnasios de la Capital para ejercitarse cuando se confirmaba una pelea.

     En ese contexto, el "Club Deportivo" que se ubicaba en Alvear y Marengo, y el "Boxing Club Villa Ballester" conocido como el “Salón Teatro de los Obreros”, en Mazzini 329, eran más que suficientes en los inicios de los años '30.     Hacia la mitad de la década, se sumó "El Sportman Boxing Club" en la calle Bolivia 287, donde se realizaron exhibiciones de boxeadores profesionales como P. Mancieri y J. Aldrovandi.    

   
Máximo Alonso
José Belleza y Juan Spano
 Conformarán esa segunda camada de aficionados: José Cuenca, Benedicto Correa, Stronatti, Domingo Lomelo, A.Candiotti, Mauricio Vilmaux, Arturo, Angel y Eduardo Vicario, Kid Bochita, Alberto Sosa, Luis Valente, Julio Villelchio, Juan Fueyro, Juan Spano, José López y José Belleza entre otros. Aunque el mas popular, con largos períodos de inactividad, será Máximo Alonso, apodado el Torito de Villa Ballester
   

Raul Landini

 Al notar que ese entusiasmo inicial va perdiendo fuerza, el Club Defensores de Villa Klein decidió inaugurar un espacio para la práctica del box y arganizar algunos festivales. Contrataron al boxeador profesional Raul Landini para realizar una exhibición, pero con tanta mala suerte que contrajo gripe y solo hizo acto de presencia.  

  Para reflotar la pasión por el boxeo de los primeros años de la década, los boxeadores Juan Fueyro y Benedicto Correa, junto al Club Juan Manuel de Rosas (El Fortín), organizaron un festival para el día 3 de diciembre de 1938 con la intención de reflotar la pasión de los primeros años de la década. 

Pronto se sumaría el Club General Pueyrredón y este tipo de eventos se convertirían en atractivos secundarios a la actividad deportiva principal de los clubes, repitiéndose de manera esporádica. 


El Coraje Boxing Club, el primer club de box

Villa Ballester tuvo que esperar hasta el 6 de abril de 1939 para contar con una institución deportiva creada exclusivamente para la práctica del boxeo:  “El Coraje Boxing Club”.

  Días antes, Baltazar Alvarez, Luis Diaz y un grupo de amigos fueron a ver pelear a su ídolo Guido Rinaldi en el “Club El Fortín”.   Cuentan que se encontraban en el bufett cuando Rinaldi pasó por allí. Al advertir la presencia de los muchachos, dirigió su mirada a Baltazar Alvarez, quien en ese momento degustaba un sandwich de mortadela y una cerveza, y le dijo: “falta uno, Balta”.  Ante la pregunta de Baltazar sobre quién sería el segundo, el gordito Luis Díaz respondió "yo".  Inmediatamente se calzaron los guantes, subieron al ring y comenzó la pelea. Baltazar Alvarez tiró golpes en todas direcciones hasta que logró conectar un uppercut de derecha y ganó su primer pelea por Knock out.      

                                                                                                                                                                                   De vuelta en el barrio, con el ojo izquierdo en compota pero notoriamente recuperado, el entusiasta Luis Díaz, su golpeador Baltazar Alvarez y un grupo de amigos, entre los que se contaba a Alberto López, Juan García, Juan Taccone, Arduino Andreachi, los hermanos Izquierdo, los Vidal, Guido Rinaldi y J.Fraccasi, entre otros, hablaron sobre la idea de formar un club.  Sorprendentemente, en menos de cuarenta y ocho horas iniciaron actividades. 

    BaltazarAlvarez no pudo esperar a que el club organizara su primer festival para subirse oficialmente al ring.  A solo dos días de la flamante fundación del club, hizo su debut peleando contra Kid Gancho en la segunda pelea de preliminares organizada por el club Juan Manuel de Rosas, justo después de la pelea de Guido Rinaldi con Victor Zárate.  Ambas peleas terminaron en empate.  

                                                                                                     Desde luego, inicios no fueron sencillos, y cada uno de los miembros debía contribuir con lo que pudiera debían aportar lo que pudiesen: ideas, trabajo o bienes materiales.  Fué así que Baltazar Alvarez ofreció unas sogas, y su padre cedió el terreno.  Alberto López clavó los primeros cuatro palos en la esquina de Almirante Brown y Yapeyú, mientras que la secretaría se ubicó en el almacén de Luis Díaz, situado en Balcarce 901.           
                                                                                                            La primera campana del club fue la del patio del colegio n°11, que lindaba con el terreno donde se ubicaba el ring.  Uno de los pibes tenía la tarea fundamental de esperar la señal cada 3 minutos para tocarla, y se invitaba a todo el que pasara por allí para cruzar guantes.

Poco a poco, los vecinos y los aficionados se fueron sumando, y el club necesitó instalar baños y vestuarios. Al poco tiempo, se trasladaron a Vicente López 1160.

 En ese momento, nadie podría sospechar que uno de sus practicantes y socio fundador de apenas 20 años, a fuerza de triunfos y buenas actuaciones, lograría en poco tiempo oportunidades impensadas y la popularidad, fugaz pero intensa, que nunca soñó.




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